lunes, 27 de mayo de 2013

La perpetuación del triángulo

Leo en el Tratado sobre la geometría en el arte, (Berlín, 1902) la apasionada defensa que el teólogo y geómetra alemán Klaus Baerman hace del triángulo en la composición de la pintura. El triángulo apoyado en uno de sus lados, por su estabilidad y equilibrio, dice, es la forma más adecuada, más pura y precisa para representar la divinidad. Y, precisamente por ser divina, la define como eterna e inmutable, por encima de las contingencias de la Historia y sus embates. No escatima el autor en ejemplos para ilustrarse y demostrar sus tesis. Selecciono, de entre ellos, algunas muestras que jalonan la historia moderna del arte:

Jan Harmensz Muller (Amsterdam 1571-1628) von Lucas van Leyden (Leiden 1494-1533).Das letzte Abendmahl. Die Passion.

Louis XVI Antoine-François Callet. (París 1778-1779)

Le Serment du Jeu de paume Jacques-Louis David (París 1791)



The bird is the world. Frank Kozik (San Francisco 2009)

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